miércoles, 30 de abril de 2014

Jimena Campos
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2014-04-29 16:40:00
El consumo de la leche de vaca podría afectar nuestra salud. Los adultos que consumen excesiva cantidad de lácteos podrían incrementar el riesgo de sufrir osteoporosis y otras enfermedades.

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Los niños que consumen leche de vaca podría afectar negativamente su crecimiento. La leche de vaca no es apta para el consumo humano.



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Comentario: Nuestra investigación y experiencia a lo largo de los años nos ha enseñado que lejos de ser una sustancia saludable, la leche y todos los productos lácteos han estado implicados con las enfermedades de la civilización moderna. Es más, como concluyen Greg Wadley & Angus Martin del Departamento de Zoología de la Universidad de Melbourne:
Orígenes de la agricultura: ¿Acaso surgió la civilización para darse una dosis?
Hemos revisado la evidencia de varios campos de investigación que demuestra que los cereales y los productos lácteos tienen propiedades adictivas similares a las drogas, y hemos mostrado cómo estas propiedades pueden haber sido el incentivo para la adopción inicial de la agricultura. Sugerimos, además, que la ingesta constante de exorfinas (sustancias de naturaleza opiáceas resultante de la digestión de proteínas como el gluten y la caseína) facilitó cambios de comportamiento y el subsecuente crecimiento de la población, por el aumento de la tolerancia de las personas a: (a) vivir en condiciones sedentarias y concurridas, (b)dedicar esfuerzo en beneficio de personas sin ningún parentesco, y (c)jugar un papel subordinado en una vasta estructura social jerárquica.
En otras palabras, con la agricultura y su "mala leche" llegó la civilización tal y como la conocemos con su esclavitud, ejércitos, gobiernos, ricos y pobres, etc.

Los productos lácteos pueden provocar varios problemas, ya sea debido a una sensibilidad a la caseína que se deriva en problemas similares a los del gluten de los cereales, o bien a través de una intolerancia a la lactosa o de los contaminantes, antibióticos, hormonas e infecciones del ganado vacuno en ciertos países.

La mayor parte de la población europea no estaba bioquímicamente preparada para alimentarse de la leche cuando comenzó a hacerlo. Debido a la falta de respeto al medio ambiente y al uso de diversos contaminantes, que nos llegan directamente de la hierba que consumen las vacas, la leche producida hoy en día es una mezcla de contaminantes, metales pesados y pesticidas, sin contar la adición de antibióticos, vacunas o mercurio, hormonas, etc. Por ende, puede ser muy tóxica para el organismo.

Muchas personas sufren de problemas digestivos, patologías físicas o problemas mentales como consecuencia del consumo abusivo de productos lácteos.

A eso se suma que el mercurio en los lácteos causa graves alteraciones en la pared intestinal y en el cerebro, además de grandes desperdicios o bloqueos del sistema enzimático. Finalmente, este veneno termina fijándose en diversos tejidos y órganos.

Nuestros órganos vitales intoxicados (tales como el hígado) tratan de deshacerse de esta toxina por todos los medios, a pesar del consumo diario de alimentos indeseables.

Además, la leche inhibe la secreción de tóxicos como el mercurio.

La pared intestinal alterada le permite a los péptidos morfínicos de los productos lácteos - así como a los productos del gluten - , pasar directamente al torrente sanguíneo y acumularse en diversos órganos. La mala digestión de estos péptidos también provoca enfermedades psíquicas.

Entre los problemas de comportamiento se encuentran los siguientes: problemas de memoria y de concentración, hipo-actividad, melancolía, depresión, diversos síndromes autísticos, insensibilidad al dolor, automutilación, anorexia y bulimia, y epilepsia.

Algunas enfermedades crónicas relacionadas con los productos lácteos son:problemas de peso, dolores de cabeza, problemas ORL (sinusitis, bronquitis, rinitis, otitis, asma), problemas de la vista, estrabismo, conjuntivitis, problemas de la piel (dermatosis, eccema, acné), enfermedades inflamatorias y reumatismos (artrosis, artritis), fibromialgia, fatiga crónica, etc.

La leche está relacionada con la diabetes tipo 1 y también es responsable de la osteoporosis que supuestamente debería prevenir. Observemos a nuestros vecinos asiáticos que casi no consumen productos lácteos y no sufren estas consecuencias en su salud ni en sus huesos.

Para más información vea:

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